martes, 10 de noviembre de 2015

Nota.peso carga y fatiga.






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Un anciano arqueado, esmirriado por los años, camina sin entusiasmo, maquinalmente, casi por inercia, como quien se dirige sin saber su rumbo, camina unos escasos metros y se detiene, es algo que parece repetir con énfasis brutal y es que no es por demás, los años ya le aquejan. 
Ajeno a todos sus males, camina despacio por el campo de belleza triste. 
Aquel hombre de guarache cruzado y de actitud humilde, va por la milpa, cortando los pocos quelites que la tierra descarnada, seca ha dado este año, quelites arrugados por sol, por ese fuego invisible, que también evapora el poco jugo que hay en la tierra de las escasas lluvias. 
En medio de la milpa y con una expresión de quien dirige a los cielos una oración, el anciano dirige su mirar hacia donde se cree esta dios, en instantes cubre su vista con una mano, agacha su mirar como temiendo del altísimo, mientras dirige su mirada a la tierra seca se sostiene con las dos manos del humilde bordón echo de un trozo de carrizo. 
Le escucho decir. -Mezquital ingrato! - pa eso nos quieres aquí, pa darnos miseria y hambre. 
- el mezquital es así, caliente, tiene un aire que es pesado y que cala, todo junto, crea una atmósfera abrazadora, que asfixia, en donde pocas cosas son las que se dan por la sequía la tierra ... 
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 4Ta, Manzana,  González González,  Municipio de Santiago de Anaya, Hgo.  Noviembre del 2015. 

D.R. Bernardo Santiago Angeles - MVBSA © Copyright. Todos los derechos RESERVADOS. Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización del editor. 


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