lunes, 20 de abril de 2015

Notas.



Una paloma vuela,

revolotea y desciende bruscamente deteniendo su vuelo frente a mí, pienso, que presume de valiente.



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Era de noche y la lluvia minutos antes había cesado, lo sabia porque ya no se escuchaba correr el agua en el tejado, quería salir del dormitorio en el que dormían mis padres, hermanos, hermanas, primos, primas y mi abuela, las mujeres en la cama y los hombres en el suelo en unos petates, todos en un dormitorio de 4x7 m, era una escena extraordinaria, todos juntos que ni movernos podíamos por lo que salir sin despertar al de alado era algo imposible.

me levanté y sigilosamente, con movimientos lentos me dispuse a salir, en esos momentos parecía equilibrista. 

el resultado fue exitoso, consiguiendo salir.

Caminando, reflexionaba sobre acontecimientos recientes en mi vida, la tierra fangosa hacía lentos mis pasos, de pronto me dio por caminar con pies descalzos, era algo agradable sentir el lodo bajo mis pies.

recuerdo haberme despertado esa noche por pesadillas, creía que me comía un elefante azul, era algo estúpido.

de repente llegan hasta mí los ladridos del perro flacucho de mi abuela que se hace el valiente y se acerca con bravura, le hablo por su nombre y cesan los ladridos, se acerca y lambiéndome mis pies como señal de disculpa.

le acaricio la cabeza en señal de aceptación.

me mueve la cola y con ese gesto se aleja.

vuelvo a reconciliar mis pensamientos, ensoñaciones de elefantes azules en mi cabeza.............





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mi perro me escucha hablar en francés:  

gruñe,

realizando con ello una crítica a mi fluidez y acento.



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Todas las mañanas, lo mismo:

me levanto

y me miro al espejo.



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Ahí estabas sentada,

mis manos recorrían tu cuerpo

deteniendo mis deseos en columnas de acero,

un abismo me inducia a recordarte

más la soledad me hacía caer o quizás era el estado de embriagues en el que estaba

no podía distinguirlo en ese instante.



Tu perfume aún estaba impregnado en mí,

y pareciera olerle aun,

era algo que amaba

lo cual me hacía saltar en su momento.



Temiendo por mi inexperiencia

te acompañe improvisando,

fusionando nuestros cuerpos hasta perdernos

sin sabernos encontrar de pies a cabeza

mas ni bien tome conciencia de ello, arrepintiéndome en el acto

pero tus manos seguían posadas sobre mi

Sosteniéndome,

devorando mi carne con lujuria.



queriendo protegerte

te resguarde como un tesoro.

Me levante,

te sonreí

por haberme acompañado

fuimos y regresamos,

tu al lugar en el cual ya habías estado

yo a un lugar desconocido

al cual habría huido por consuelo.

Me diste confianza y seguridad

ayudándome,

acompañándome en un trayecto desolado

disfrutando de un amor fingido

el cual con arrogancia había comprado

al final cuando ya estaba listo

me aleje

dejándote sola para siempre,

encontrando amor en el siguiente amante.



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2:29 pm, según marca mi reloj de pulsera.

observo como una luciérnaga vuela del tejado a un mezquite,

pienso: serio extraordinario levantar los pies del suelo, "ir en contra de la de gravedad como la luciérnaga".


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